lunes, 27 de abril de 2015



Una avión de ataque A-10 Thunderbolt II, en una misión de apoyo dentro de la Operación Resolve Inherent, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en la Base Aérea Al Asaid, en el centro de Irak, al oeste de Bagdad. De acuerdo con la información publicada por el CENTCOM, uno de los motores del A-10 habría sufrido "daños catastróficos" durante una operación de reabastecimiento en vuelo "de rutina". El comunicado oficial no dice cuándo ocurrió el incidente. El "daño catastrófico" podría sugerir que el motor fue alcanzado por misiles tierra-aire u otro tipo de armamento antiaéreo (sobre todo porque los A-10 operan a baja altura, y no sería la primera vez que con atacados con MANPADS en Irak). Sin embargo, de acuerdo con 'Barras y estrellas', el coronel Patrick Ryder, portavoz del CENTCOM, dijo a los periodistas que el avión no fue alcanzado por el fuego enemigo, y restó importancia al incidente. La base aérea Ayn al-Asad, el oeste de la provincia suní de Al Anbar, es una de las mayores bases aéreas iraquíes, y la segunda más grande de las que Estados Unidos empleó en Irak hasta que los últimos marines se retiraron del país y cerraron la instalación el 31 de diciembre 2011. Desde finales de octubre de 2014, la base aérea, que alberga varios infantes de marina y asesores estadounidenses para las fuerzas de seguridad locales, ha sido frecuentemente objeto de ataques por parte de militantes del Estado Islámico. Pasaron varios días hasta que el personal de mantenimiento del 332º Escuadrón Expedicionario de Mantenimiento pudieron arreglar el avión, y que este pudiera pudiera volar hacia su base con seguridad. El A-10 es famoso por ser excepcionalmente resistente y capaz de sobrevivir a impactos directos de proyectiles perforantes o de alto poder explosivo. De todos modos, independientemente de si la aeronave sufrió un impacto de fuego enemigo o una falla mecánico, siempre hay riesgo cuando se vuela sobre una zona de guerra. En este caso, el piloto tuvo la suerte de tener un campo de desvío cercano donde aterrizó con éxito. El 24 de diciembre, el piloto de la Fuerza Aérea Real jordana Muath Safi Yousef al-Kasasbeh se vio obligado a eyectarse de su F-16 sobre Siria como consecuencia de una fallo mecánico (según fuentes oficiales, el ISIS reclamó que el avión fue alcanzado por un misil tierra-aire buscador de calor). Fue capturado, y tras un intento fallido de liberarlo, fue quemado hasta la muerte por militantes del Estado Islámico en enero de 2015.

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