sábado, 1 de noviembre de 2014

Farichild (antes Republic) A-10 Thunderbolt II, también conocido como Warhog, o Thumbuster


El plan de la USAF para poner en servicio operacional las primeras unidades del caza furtivo Lockheed Martin F-35A Lightning II se encuentra en peligro debido al esfuerzo de varios legisladores por detener el plan de jubilación de la flota de aviones de ataque y apoyo cercano Fairchild A-10 Thunderbolt II, según dijo el director del programa del F-35 en el Pentágono el 30 de octubre.
"Hasta hace poco, las probabilidades de alcanzar el COI (capacidad operativa inicial) en 2016 eran bastante buenas", dijo el teniente general Christopher Bogdan a un puñado de periodistas en el Pentágono. Sin embargo, la USAF podría sufrir escasez de personal de mantenimiento capacitados, porque actualmente ese personal trabaja con los A-10, y se había planificado trasladarlos a los escuadrones equipados con el F-35 a mediada que los A-10 saliesen del servicio operacional.
"Se espera que una combinación de los equipos de mantenimiento nuevos y los experimentados pueda completar el entrenamiento con los F-35 para satisfacer la necesidad de personal, 1100 hombres exactos, para que el avión alcance el COI. La USAF había planeado retirar los A-10, y del cual provendría la mayor parte del personal de mantenimiento para el F-35", dijo el general. "Ahora van y me dicen: 'No creemos que podamos deshacernos de los A-10, y si no nos deshacemos de los A-10, usted no recibirán personal de mantenimiento experimentado'", añadió.
La Cámara de Representantes de EEUU bloqueó en junio el plan para retirar la flota de A-10 durante el año fiscal 2015. La medida fue ofrecida por el representante Candice Miller, de Michigan, y va en contra de los esfuerzos en el Comité de Asignaciones de la Cámara que buscaba iniciar la jubilación de la aeronave.
El Senado de Estados Unidos, de manera similar, prohibió el empleo de fondos para el retiro de la aeronave. La legislación del presupuesto de Defensa aún debe conciliarse en comités y conferencias, y luego aprobarse antes de que la ley sea firmada por el presidente.


ANÁLISIS

En su propuesta de presupuesto para el año fiscal 2015, la USAF favoreció la adquisición de nuevas plataformas y el retiro de aeronaves antiguas con el fin de mantenerse a la par con el aumento de la sofisticación tecnológica de países adversarios. Sin embargo, diversos intereses especiales en el Congreso de Estados Unidos han encontrado la manera de paralizar estos planes en la última sesión legislativa.
Hasta el momento, el Pentágono ha solicitado que se le permita desechar los A-10 y los Lockheed U-2. La jubilación de los A-10 ahorraría 3.500 millones de dolares y liberaría cientos miembros con experiencia del personal de tierra. Si el Congreso legalmente bloquea la jubilación de estas flotas después de las elecciones a principios de noviembre, podría poner en peligro el despliegue del F-35.

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