París sigue enredado en el cumplimiento del contrato de los buques Mistral y ahora cobra fuerza la posibilidad de que se sancione a Moscú con la no entrega del segundo navío, el “Sebastopol”, aprovechando que el gobierno ruso todavía no ha desembolsado la cantidad inicial estipulada en el contrato de este segundo buque.
Ello permitiría paralizar un contrato de 1.600 millones de dólares, satisfaciendo así las presiones de Washington para sancionar a Rusia, buscar un nuevo cliente e impedir que el buque se entregue a la Armada rusa.Lo que sí se admite como inevitable es la entrega del primer navío, el “Vladivostok”, proyectada para finales de este año. De no pararse, la llegada del “Sebastopol” a Rusia tendría lugar a finales de 2015 y, al igual que el primero, formaría parte de la Flota Rusa en el Pacífico.
El Kremlin es consciente del cambio del statu quo con el que hasta ahora habían convivido Europa y Rusia, y señalan al acuerdo energético alcanzado la semana pasada con China como “ejemplo” de la reorientación y reactivación de la política exterior de Rusia hacia aliados cada vez más alejada de Occidente.
Ante la posible suspensión del contrato, Rusia ya advirtió a través de su viceministro de Defensa que el gobierno galo deberá hacer frente al pago de las pérdidas que pueda suponer para Moscú la cancelación de este acuerdo, además de lo que pueda significar en términos de “reputación” y “credibilidad” para Francia como socio internacional.
(NOTA PERSONAL: Situaciones similares las vio el país galo con los casos de los cazas Mirage V con Israel en los años 70, y con los misiles Exocet a Argentina en 1982)
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