La agencia coreana de adquisiciones militares (DAPA, por sus siglas en inglés) sorprendió en 2012 con la elección de la filial norteamericana de BAE Systems (empresa de origen británico) como contratista principal para la actualización de 134 aviones de combate KF-16, lo que supuso la primera vez que una compañía lograba un contrato de este tipo frente al fabricante original de los aviones, Lockheed Martin. Ahora la compañía norteamericana podría acabar encargándose del trabajo, después de que Corea del Sur amenazase con romper el acuerdo con BAE. El país asiático culpa tanto a la empresa como al Gobierno de EEUU, que autorizó el contrato de venta militar al extranjero, por pedir más dinero por el trabajo. “El Gobierno de Estados Unidos pide 470 millones, y BAE Systems quiere unos 280 millones”, según ha explicado el portavoz de DAPA, Baek Yoon-hyung, citado por Defense News, mientras que ya se han pagado unos costos de 1.600 millones.
El Gobierno norteamericano alega una “gestión de riesgo” para el sobrecoste, mientras que la empresa de origen británico habla de gastos adicionales derivados del retraso de un año en el proyecto. Si las partes no alcanzan un acuerdo, Corea lleva desde agosto negociando con Estados Unidos para anulado el contrato en el peor de los casos, advierte Yoon-hyung. El mercado de actualización de aviones F-16 durante la próxima década, por el que se estima que podrían pasar entre 1.000 y 1.300 aeronaves, está valorado en 10.000 millones de dólares, según BAE Systems. Tanto BAE Systems como Lockheed Martin han desarrollado sus paquetes de actualización de las aeronaves con nueva aviónica, en la que se incluyen distintas soluciones de radares de barrido electrónico activo AESA (la oferta de Lockheed contempla un radar de este tipo desarrollado por Northrop Grumman, mientras que BAE ha seleccionado uno de Raytheon).Influencia en Singapur y otros países
Sobre la posible ruptura del acuerdo alcanzado en 2012 con Corea, el portavoz de BAE, Neil Franz, ha reconocido, según recoge Defense News, que recientemente “han surgido desacuerdos entre la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la República de Corea sobre el precio total del programa”, pero ha añadido que la compañía tiene “la esperanza de que pronto se llegará a una solución”. Por su parte, la Fuerza Aérea de Estados Unidos no ha querido hacer comentarios desde el pasado viernes. Y, entre tanto, según una fuente próxima al asunto, Lockheed Martin está poniendo sobre la mesa su propuesta, con la intención de brindar su experiencia en ingeniería al servicio del caza de próxima generación que Corea del Sur quiere desarrollar, para abrir el camino que le permitiría hacerse con el contrato sobre los F-16 que ahora tiene BAE, en caso de ruptura.
En todo caso, un portavoz de Lockheed Martin ha explicado al citado medio que la compañía no “especula sobre rumores o comentarios acerca de casos hipotéticos”, y ha subrayado que se trata de la única empresa “cualificada, como fabricante original de estos equipos y autor de su diseño, para proporcionar el mejor valor a nuestros operadores de F-16 de todo el mundo”. Lo que finalmente ocurra podría influir en la decisión que tome Singapur y otros clientes potenciales del mercado sobre si la actualización de sus F-16.
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