viernes, 24 de enero de 2014


La USAF recibe el primer B-1B actualizado

La Fuerza Aérea de EEUU recibió el primer bombardero estratégico B-1 Lancer actualizado en el marco del ambicioso programa de dar una segunda vida a toda la flota del único avión con ala de geometría variable activo en Estados Unidos.
La actualización de estos 'veteranos' de la Guerra Fría comprende tres cambios principales: 
una cabina de pilotaje frontal y trasera modernizada, un nuevo sistema de diagnosis y un enlace de datos Link 16, innovaciones que mejoran el conocimiento de la situación de la tripulación , según la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF).
El kit de modernización, llamado Estación de Combate Integrada (Integrated Battle Station), ya a sido instalada en la primera aeronave de la poderosa flota de bombarderos de largo alcance B-1B Lancer, incorporando pantallas de información a color, mapas digitales que se orientan automáticamente y un nuevo sistema de diagnóstico que puede mejorar significativamente la efectividad de la aeronave en combate, entre otras novedades.
Esta actualización es la más sofisticada de la larga historia de modernizaciones de los B-1B (100 unidades construidas). Como resultado, la tripulación conseguirá más información sobre la situación durante el combate. Además, los canales de comunicación protegidos poseen la capacidad de destruir los objetivos que les asignen los pilotos.
La actualización de las aeronaves se lleva a cabo en la base aérea de Tinker, Oklahoma. El kit de actualización lo suministra Boeing. Está previsto que la actualización de toda la flota de los B-1 termine antes de 2020. A día de hoy quedan menos de 200 bombarderos estratégicos en servicio en EEUU, y solo 20 de ellos son del tipo más avanzado: el B-2 Spirit, un aparato furtivo pero de uso y mantenimiento muy caro.
Actualmente, el B-1B es el único bombardero estratégico supersónico de Estados Unidos.

¿Por qué es tan importante esta aeronave?

La Fuerza Aérea de EEUU acarició durante varios años la idea de desarrollar un nuevo bombardero pesado, pero el mayor problema que ha afrontado es conseguir la financiación suficiente para el ambicioso proyecto, puesto que el tiempo estimado para diseñar y desarrollar tal aeronave ronda los 15 años y el coste de un aparato puede llegar a los 550 millones de $ (a los precios actuales).
En resumidas cuentas, el futuro de la nueva generación de bombarderos estratégicos tripulados es incierto y, mientras se desarrolla el nuevo bombardero estratégico (LRS-B o NGB), el mando de la Fuerza Aérea prefiere 'reavivar' a los veteranos B-52 y B1-B. Concebido el B-1 en los 60 como un bombardero supersónico con suficiente alcance y carga útil como para reemplazar al Boeing B-52 Stratofortress, el B-1 resurgió en los 80 con la versión B-1B, enfocada a realizar el bombardeo de incursión a baja cota.
Entró en servicio en 1986 con el Mando Aéreo Estratégico de la USAF como bombardero nuclear. En los años 1990 el B-1B fue modificado para ser usado como bombardero convencional. Entró en combate por primera vez durante la Operación Zorro del Desierto en 1998 y después en el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia del año siguiente. Posteriormente el B-1B continuó apoyando a las tropas de la OTAN en Afganistán e Irak.

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