miércoles, 15 de abril de 2015



Boeing desarrolló el EA-18G Growler principalmente para interferir en los sistemas de alerta y defensa, permitiendo el ataque de los caza-bombarderos, y la Marina de Estados Unidos ha estado desarrollando sus sistemas de a bordo para realizar un nuevo papel crítico en los ataques contra buques de superficie. Una formación de tres EA-18G ha demostrado la capacidad de determinar con precisión la ubicación de un objetivo desde decenas de kilómetros de distancia sin necesidad de utilizar el radar, dice John Thompson, director de los sistemas de ataque electrónico de Northrop Grumman. En su lugar, el EA-18G utiliza receptores ALQ-218 de Northrop para recoger las emisiones de un buque enemigo, dice Thompson. Cada uno de los tres aviones de la formación detectará la señal en un momento ligeramente diferente. Utilizando una técnica de procesamiento llamada 'diferencia de tiempo de llegada', las computadoras pueden calcular la geo-ubicación de un objetivo midiendo esas diminutas diferencias de tiempo, dice. El enlace de datos existente en el EA-18G no es lo suficientemente rápido como para compartir la información de la señal entre los tres EA-18G, por lo que los Growler utilizaron una tecnología de Rockwell Collins: una red de banda ancha de objetivos tácticos (TTNT). Tal capacidad significa que el EA-18G puede encontrar un objetivo sin dar su propia posición de distancia sin usar un radar, que transmite señales que pueden ser detectadas. El ALQ-218 es un sistema de recepción, por lo que puede recoger información de destino en tiempo real. En el pasado, receptores similares se han utilizado para detectar objetivos utilizando técnicas de procesamiento más antiguas, como la VLBI. Pero estos procesos no eran lo suficientemente precisos para localizar con precisión la fuente del emisor, por lo que era necesario acercarse a establecer una identificación positiva o usar un radar. La Armada de Estados Unidos demostró por primera vez la viabilidad de esta nueva técnica durante un experimento en vivo en 2013, dice Thompson. Una versión mejorada de esa capacidad demostró una vez más su eficacia durante un experimento con la flota a finales de este año llamado FLEX 2015, añade. La Armada ha encargado a los contratistas enfocar inicialmente este sistema a la detección de buques de superficie, pero puede ser ampliado a otros tipos de objetivos terrestres o aéreos, dice Thompson.

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